domingo, 7 de noviembre de 2004

La venganza de los nerds

por Elena Irarrázabal Sánchez (El Mercurio. Santiago de Chile, Domingo 26 de Mayo de 2002)

Según una investigación reciente, los estudiantes de las escuelas americanas opinan que los alumnos más populares lo son porque usan ropa "cool" (70 por ciento), son buenos deportistas (62 por ciento) o muy chistosos (66 por ciento). Sólo el 24 por ciento opina que poner atención en clase es un atributo "deseable".

Pero esta "cosmovisión" parece estar en vías de sufrir seriamente con la reciente tendencia norteamericana de aplicar periódicamente exámenes externos de acuerdo a estándares prefijados. No más resultados relativos - lo que impide el acuerdo implícito de "rindamos poco porque así todos nos beneficiamos"- y sí consecuencias individuales para los alumnos y colegios. De alguna manera, los poco taquilleros mateos o "nerds" estarían gestando su dulce venganza.

Tendencias que ha estudiado en profundidad John Bishop, académico de la U. de Cornell y director ejecutivo de la "Alianza de excelencia educacional", un consorcio de 300 high schools de cinco estados norteamericanos donde se están aplicando programas para mejorar el clima escolar y el compromiso de los alumnos. Bishop estuvo en Chile invitado por el CEP, donde dictó una concurrida conferencia. Además se reunió con autoridades académicas y del ministerio de Educación.

Viva Texas

- Usted que ha estado tan involucrado en investigaciones sobre educación, ¿qué opina sobre la publicitada reforma aprobada por el congreso americano?

"Indudablemente la reforma "No child left behind" es un buen anuncio, está empujando en la dirección correcta. Se puede tener opiniones diferentes en algunos puntos, pero es un cambio en la dirección deseable. Ahora, hay que tener en cuenta que se trata de una iniciativa federal, y en Estados Unidos la educación es dirigida por cada estado (el gobierno federal sólo corre con el 5 al 6 por ciento de financiamiento). Lo que está haciendo esta reforma es empujar a los estados por un camino determinado y hay algunos que ya lo estaban haciendo".

- Entre ellos el estado de Texas, donde Bush era gobernador.

"En realidad fue su antecesor el que inició el proceso, pero Bush lo siguió desarrollando. Hay controversia sobre cuán bien han funcionado las cosas en Texas, pero mi opinión y la de muchos observadores es que se trata de una experiencia notable, porque Texas es un lugar donde no se esperarían niveles altos, tiene una población minoritaria hispánica muy grande, con muchas desventajas. Y se han obtenido importantes indicadores de logro".

- ¿Cuáles resaltaría como las principales características de la reforma?

"Hay tres características de la experiencia de Texas que de alguna manera están reflejadas en esta reforma. En primer lugar, pruebas anuales externas a las que se someten todos los alumnos, cuyos padres reciben informes con los resultados individuales de sus hijos, sobre la base de una escala comprensible y con predicciones. Por ejemplo, se le dice al padre que si el niño continúa con el puntaje que está obteniendo va a tener muchos problemas para terminar su secundaria".

"Por otra parte, los resultados permiten evaluar el comportamiento de las escuelas, las que deben asumir la responsabilidad del rendimiento de tres grupos (anglos, negros e hispánicos). Están en problemas si cualquiera de estos grupos tiene bajos rendimientos. La idea es elevar de abajo para arriba; no es el promedio general lo que se busca, sino que un grupo grande de alumnos esté por sobre los estándares. Si un colegio no está rindiendo bien hay consecuencias que se van agravando, hasta llegar al cambio de staff y el cierre de las escuelas. La idea es crear la sensación de "urgencia por mejorar"".

"El programa de lectura - que privilegia el sistema fonético en detrimento del enfoque whole language- constituye una tercera característica. Hay otros puntos de la reforma más controversiales (como los vouchers para que alumnos de malos colegios públicos puedan optar por privados), que finalmente no fueron aprobados".

- ¿Desde cuándo se registra esta tendencia decidida a la "accountability" (rendir cuentas) en la que se inscribe la reforma?

"Es una tendencia que se basa en el descubrimiento y publicación del rendimiento deficiente de los alumnos estadounidenses en comparación a otros países, en evaluaciones internacionales como el TIMSS. Eso demostró que todos nuestros niños podían aprender más; no cabía refugiarse en que había algunos que eran inteligentes y otros de los que no se podía esperar más, como antes se pensaba".

"Cuando vimos que un gran porcentaje de niños en Europa y Asia rendían tanto mejor, incluso en naciones más pobres como Corea, Taiwán, Hungría y la República Checa, percibimos que había un problema en la forma en que manejaban los colegios: en el extranjero había más presión sobre los profesores para fijar estándares altos. Nos dimos cuenta de que necesitábamos medir los resultados, pero antes se requería fijar estándares de rendimiento concretos y con un nivel de exigencia razonable, lo que es una tarea compleja y por la que hay que comenzar. El paso siguiente es establecer mediciones y publicarlas".

Flojera común

"Ha habido muchos movimientos reformistas educacionales en EE.UU. y la mayoría no duran mucho. El whole language fue uno, también los ha habido en matemáticas. Pero el camino que ahora seguimos lleva ya casi quince años y pareciera estar funcionando. Si nos remontamos a 1982, nuestra visión sobre qué podíamos hacer ha cambiado radicalmente. La idea de que las instituciones rindan cuentas, que los alumnos den exámenes periódicos y que los resultados sean tomados en cuenta en instancias como el acceso a la universidad y las contrataciones era radical y hoy no lo es", explica John Bishop.

- Usted ha sostenido que en EE.UU. el ritmo de aprendizaje se desacelera en la secundaria. ¿Cuáles son las raíces de esta situación?

"Hay varios factores, como el sueldo de los profesores secundarios, que en Europa es comparativamente mejor. Segunda razón es la existencia de una ‹cultura de pares" entre los alumnos, que es muy distinta en primaria que en séptimo y octavo grado y secundaria".

- Eso es un tema novedoso, que usted ha estudiado bastante.

"En primaria hay un profesor que enseña casi todo, él controla las presiones del entorno de pares y es una fuerza dominante. Algo que en EE.UU. cambia en los cursos escolares superiores. En muchos colegios se desarrolla una cultura "anti- aprendizaje" de parte de muchos niños. Se es leal a los amigos o el patero del profesor. Los alumnos presionan y los profesores no tienen mayor exigencia por los resultados, lo que repercute en una tendencia natural a bajar los estándares. Se genera un trato implícito en que los alumnos se portan bien y son amistosos en la medida en que el profesor no es exigente".

Exámenes externos

El sistema en el que hoy están avanzando muchos estados americanos contempla una serie de exámenes de competencias mínimas, para medir anualmente los rendimientos de cada alumno en materias como matemáticas, lenguaje y en ocasiones ciencia e historia. En caso de fallar, los alumnos reciben formación suplementaria, aunque si la falla es reiterada, pueden arriesgar su promoción a los grados superiores.

El paso siguiente en el que se están aventurando algunos estados es el desarrollo de exámenes finales externos - que guardan alguna relación con los A levels que se realizan en Inglaterra- , los que se efectúan en secundaria, con un nivel más alto y una evaluación que establece no sólo si se aprueba o no, sino la calidad de las respuestas. Los estudiantes deben elegir un cierto número de asignaturas en las que rinden los exámenes, los que cubre materias que sobrepasan las competencias mínimas. La idea es que cada una de estas pruebas sea rigurosamente estudiada, que contemplen tiempos considerables de respuesta y que los alumnos puedan contar con una serie de ensayos antes de rendirlas.

Los resultados de estas evaluaciones pueden ser requeridos para obtener la certificación de educación secundaria y también ser consultados por posibles empleadores o por las universidades en sus procesos de admisión (junto con otras variables). Incluso, buenos resultados en alguna prueba determinada - álgebra, historia del siglo XIX, etc.- pueden implicar la convalidación de ramos universitarios. Estos exámenes se rinden en forma voluntaria hace casi cien años en el estado de Nueva York, pero van a ser obligatorios. North Carolina y otros estados también están en proceso de implementarlos.

- Una de las características de esta gama de pruebas - competencias mínimas y exámenes finales- es que, según los resultados que obtenga, el niño enfrenta consecuencias individuales.

"Ésa no sólo es la tendencia en EE.UU., sino también en Canadá y Europa. Debe haber alguna consecuencia para el niño, que no necesita ser enorme. No comparto el sisterma donde la graduación depende de pasar un examen. Prefiero que exista una variedad de información sobre el rendimiento del alumno, por ejemplo, promediando las notas de los profesores con el examen externo, ya que el juicio del profesor es relevante. El beneficio de este sistema combinado es que los alumnos no pueden empujar al profesor a estándares menores, ya que saben que parte de la nota es el examen externo. El profesor debe ayudarlos; alumnos y maestros están en el mismo carro".

- En Chile, el Simce no contempla resultados individuales.

"No creo que sus números sean un reflejo exacto si no existe algo en juego. Si el niño no se beneficia de haber hecho un esfuerzo importante, no existe razón para dedicarle tiempo y preparación al examen".

- Pero se puede generar problemas en la autoestima de los niños con malos puntajes en las pruebas.

"Nuestros niños tienen muchas razones para tener baja autoestima, y esas razones están más bien relacionadas con la opinión de sus pares que con la forma como les va en el colegio. En cuanto a su incidencia en la deserción escolar, los estándares deben fijarse de manera que no generen una deserción apreciable. El problema que sí debe preocupar es que los profesores se limiten a preparar el examen y no mejore la instrucción. Ése es el principal riesgo".

- ¿Y no terminan remarcando la desigualdad?

"La respuesta política que genere la sociedad ante estos exámenes es muy relevante. La experiencia indica que exámenes que publicitan y destacan el hecho de que algunos niños no están aprendiendo tanto como otros terminan por generar presión sobre el sistema para elevar de abajo hacia arriba, y la respuesta es colocar más recursos y atención en los niños más desventajados.

En América Latina hay mucha desigualdad. La forma más fácil de esconderlo es no reconocer el hecho de que hay niños que están aprendiendo mucho menos. Por eso se requiere un sistema que suministre la información adecuada de manera que motive la acción".

Selección

Entrar en la universidad

Las características de sistema de ingreso a la educación superior en EE.UU. son muy diferentes a las de Chile, por lo que es difícil establecer comparaciones con el caso chileno, que hoy enfrenta minutos candentes a raíz de la polémica del SIES. Pero Bishop planteó algunas opiniones sobre el tema a "Artes y Letras".

"La situación de cada país es distinta y además en EE.UU. cada estado tiene su propio currículum. Pero en muchas instancias se percibe que las pruebas de aptitud como exclusivo método de selección no motivan a los alumnos a estudiar duramente en el colegio, por lo que existe una tendencia a examinar logros. Una posibilidad es combinar variables, como los exámenes de asignatura del estado, junto a otras mediciones, como el SAT, que es una prueba de aptitud".

"En Chile, una alternativa sería realizar un examen general primero y otro posterior y más exigente para universidades específicas. Desagregar la selección. Se les puede dar ponderaciones distintas a las diferentes mediciones, según los objetivos que persigue cada institución".